Sebastián es mi motor, creo ya lo saben ustedes. Todos los días lo veo y crece más el vínculo del que les he platicado en ocasiones anteriores. No quiere dormir en otro lado, no quiere dormir en su lado de la cama, solo me dice, quiero contigo, papillo. Eso significa, que quiere dormir invadiendo mi lado, sobre mi, abrazándome, de cualquier forma, pero a centímetros de distancia mia. Eso es incómodo, pero es de las cosas más bellas que me dice mi hijo y que me llenan el alma.
Hoy lucho por ti, hijo, con el recuerdo de tu madre, lucho por ti y solo quiero que sepas, algún día que puedas leer esto, que dejaré todo en la cancha por sacarte adelante y protegerte como lo mereces, como un grande.
Recibo ayuda de mi madre, claro, y es una ayuda grandiosa que las palabras me quedan cortas para poder agradecerle, pero, en un momento, al final, solo seremos Sebastián y yo, solo los dos.
Este papel de madre y padre es grande, muy grande, un reto que día a día lo llevamos a la práctica y que creo que vamos ganando. Siempre harás falta como su madre, Miriam, siempre, pero puedes estar tranquila que estoy haciendo lo mejor para nuestro hijo y haré de él un gran ser humano.
Ando muy sentimental, todo lo que escucho me da nostalgia, y hace poco vi un comercial de las olimpiadas de Londres 2012 en donde dan un papel importante a la madre que acompaña a sus hijos a sus entrenamientos y los ven triunfar. Yo te prometo, hijo, que seré esa madre, en ausencia de Miriam, y seré también, al mismo tiempo, ese padre que te llevará a que triunfes en la vida.
Por ti, lo seré, mi Sebastián.
1 comment:
Tus entradas me hacen llorar :'( compartimos todo el proceso... estamos contigo Chava! besos a Sebastián :)
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