Su mirada, sus palabras, sus ocurrencias, sus abrazos, sus tristezas, sus alegrías, bueno, todo lo que él hace llena mis días.
No puedo evitar días en que me siento triste, es la verdad. Me pongo a pensar lo feliz que serías de verlo crecer en estos dos meses que han pasado. Habla mucho de ti, me pregunta si desde allá arriba me aventaste la paleta que le doy diciendo que es de tu parte. En las noches que ve las estrellas me dice que te ve y te saluda. Te dice buenas noches y te echa mentirillas diciendo que se portó bien cuando él sabe que se portó mal en la escuela y a continuación, te da un beso en la foto que tiene junto a él.
Hay muchas cosas en las que no creo, sobre todo, cosas relacionadas con dios y la religión, y es mi forma de pensar y no lo pongo para que alguien me evangelice ni nada de eso, cada quien es libre de pensar y creer en lo que queramos. Pero hay algo en lo que sí creo, y eso es que tú estás aquí cerca de nosotros. Sé que estás aquí cerca de Sebastián, porque se le nota en la cara, lo sé bien. Hay veces que le hablo y es como si te estuviera hablando a ti. Eso sí lo creo. Sé que estás cerca de él siempre. Siempre lo estarás.
He tenido días raros porque Sebastián ha estado más travieso que de costumbre esta semana, y a veces me faltan fuerzas y me duele regañarlo, me duele mucho, pero sé que tengo que hacerlo y sé que también tú estás pendiente de esto y sabes que trato de hacer lo mejor que puedo, como padre y madre al mismo tiempo. En las noches solo pienso no decepcionarte, ni a ti ni a mi pequeño Sebastián y es cuando, en ocasiones, entra la tristeza.
Ayer, fue una noche difícil. Él se dio cuenta de mi tristeza y fue por mi al cuarto para decirme que no estuviera triste, que ya no se portaría mal. Lloró por verme triste y los dos nos abrazamos por largo rato acostados en cama. En la noche, nos dormimos, él, viendo hacia mi y yo, enamorado de él al ver su rostro tranquilo después de haberle contado una historia, una historia de su mamita y de su papá.
Sebastián es un buen niño, travieso y con muchas inquietudes como todos los de su edad, sé que pasará estos días de travesura y se acostumbrará a su nueva escuela y después ya nada más recordaremos esto con una sonrisa.
Sebastián es mi complemento, y yo soy el suyo. Hemos creado un lazo muy fuerte entre los dos, y cada día que pasa, ese lazo se hace más y más fuerte. Todo lo puedo por él y eso es lo que nos hará crecer a los dos, simplemente, él es mi vida entera.
Es todo.
1 comment:
Chavus, estoy segura que Miriam está a tu lado y el de Sebas.
Es un niño maravilloso y te prometo que los dos van a estar bien.
Les mando un abrazote grande grande grande.
-La del pelo verde ;)
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