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Tuesday, April 27, 2010

Déjate caer...

Por un momento no vio nada y cuando abrió los ojos sólo veía polvo levantándose y un mar de piernas que corrían a su alrededor. Unos brazos lo alcanzaron y le decían: ¡Arriba Carnal!

Julio recordó que el chavo chaparrito de tatuaje en el cuello como Frankestein lo acababa de aventar. Siempre lo encontraba en las tocadas y por lo regular venía hasta el huevo de drogado. Desde que lo descontó un día en una tocada de Resorte en La Diosa; Julio prefería no hacer pedo.

El Slam estaba empezando apenas y él ya había caído, pero no por eso dejaría de brincar y correr. Apoyado en los brazos que le ayudaban se levantó y siguió corriendo en círculos.

Sekta Core sólo estaría dos canciones más y con Delfino es donde Julio decidió lanzarse al mosh pit y seguir…..
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Julio iba caminando por Padre Mier casi para llegar a Diego de Montemayor. Tenía años que no lo hacía. Pasó mucho de su tiempo casi todos los fines de semana moviéndose de antro en antro caminando por estas calles , conociendo gente y dándole a su cuerpo lo que fuera.

Ahora era diferente. Era jueves por la tarde y caminaba solo. Estaba en una etapa de nostalgia por lo pasado y eso lo llevó a caminar por estos rumbos sin saber que el haberlo hecho le iba a traer una alegría.

Ahí estaba en un poste, un cartel donde anunciaba que Panteón Rococó venía a la ciudad y el grupo abridor era Sekta Core. El no tenía Facebook, y no sabía que el evento ya tenía 3 semanas anunciándose. Había vendido su computadora y ya no le interesaba mucho el estar entrando a Internet.

Se dijo así mismo:
-Hace mucho tiempo que no veo a Panteón rococó y mucho menos a Sekta Core, así que voy a ir aunque no me acompañe nadie. Tenía sólo dos días para comprar su boleto.
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Julio seguía corriendo y coreando la canción.
¡Delfino! ¡El asesino!

No le importaba andar solo. Sentía una energía que le recorría el cuerpo y lo regresaba hasta unos años atrás cuando no tenía problemas ni muchas preocupaciones.

Descansó un poco cuando empezó La Zona del Terror porque físicamente no era lo mismo que hace 10 años, pero mientras lo hacía veía la cara de lo gente que tenía cerca. Un par de chavos rapados estaban escupiendo a la gente por donde ellos pasaban. La chava de cabello azul no dejaba de correr ni de dar vueltas y le llamó la atención la pequeña mochila de Hello Kitty que traía colgando de la espalda y de un chupón que no dejaba caer mientras seguía bailando. El chavo del tatuaje de Frankestein seguía cerca de él y efectivamente, era el que sólo se metía a dar golpes. Volvió a tener en su línea de vista a esa chica que había visto en la fila. Ella se mantenía al margen de el Slam pero se la pasaba bailando en su lugar. ¿Porqué le llamaba la atención tanto a Julio? Traía un tatuaje en el hombro derecho que dejaba ver un diseño tribal de color rojo….eso lo tenía asombrado.

En su mente, por más que quisiera, no lo dejaba tranquilo el pensar todo lo que traía arrastrando…tenía algo en su pecho que lo sentía vacío, sentía que traía una carga en sus hombros, y eso no ayudaba para nada en sentir o animarse a hablar con esa chica.

Julio esperó al siguiente grupo que es por el que principalmente iba a la tocada. Por un momento se dio cuenta que a pesar de que pasaron 20 minutos entre un grupo y otro, el no tenía relación de tiempo transcurrido.

Se perdió entre sus pensamientos. Escuchaba la música pero no la procesaba, se movía al ritmo de ella pero se sentía ausente.

De repente se dio cuenta que el concierto estaba a punto de terminar. Pero recordó el sentimiento que le traía estar ahí. ¿Qué es lo que lo traía a estar en el mero punto del desmadre? ¿Porque se hacía daño o no le importaban los golpes en el Slam? No, Julio no es masoquista, pero recordó que él siente la música y que el sentimiento que le trae estando en ese momento es uno muy sencillo: Liberación!

Julio se dejó llevar por la ola de gente mientras La Carencia sonaba y su pesadez en los hombros dejó de sentirla, el sentimiento de presión en el pecho se iba quitando poco a poco, salto por salto lo iba dejando todo ahí….tirado, alejado de su ser. Se sentía renovado e incluso una sonrisa se le dibujó en el rostro.

Todo terminó. La gente se retiraba. Sentado en el piso sintió la necesidad de hacer lo que tenía miedo de hacer por sentir rechazo. Se levantó hacia el puesto de refrescos y tocó el hombro derecho de una chica que estaba delante de él y de la cual reconoció el tatuaje inmediatamente.

- Hola, soy Julio, ¿te puedo invitar una cheve?

La sonrisa que se le dibujó a Julio mientras bailaba, no se le volvió a ir por mucho tiempo.

2 comments:

Tere Grosso said...

Me gustó, sigue escribiendo =)

villa linda hotel y departamentos said...

Chavi estuvimos leyendo tu blog.

Estamos pensando en ustedes.

Un abrazo a la famila en Mty.


y en especial al Marques de La Quebrada.