No lo dejes ir...

Tenía muchos años que no veía ese brillo en los ojos de una mujer.

Muchas veces no nos fijamos en que no solamente se habla con la voz. Uno debe de aprender a leer la mirada o los gestos de las personas, a veces dicen más que mil palabras.

Ella el día de hoy solo recostó su cabeza en el escritorio y no hablaba, pero su mirada y la sonrisa decían mucho. Sus ojos brillaban de una manera en que sabes que lo que está viendo, la hace feliz, y por lo mismo, la sonrisa va conectada a ese sentimiento y muestra lo mismo al ver a esa persona.

Cuando crecemos, perdemos de vista las cosas que nos hacen felices. Es normal, no significa que estemos mal, tampoco podemos tomarlo del lado poético y dejar todo en manos del universo, no. Pero lo que olvidamos es regresar a ese momento en el que sabemos exáctamente lo que te hace sonreir. Si lo hiciéramos más seguido, creo nuestra vida fuera diferente.

Yo no quiero perderme en la vida cotidiana, en los problemas de grandes y perder de vista la sonrisa de mi hijo o el brillo de los ojos de esa persona especial.

A veces llega algo a nosotros y nos damos cuenta que nos trae paz, que nos trae un equilibrio. Son pocas las veces que llega. Mi recomendación a mi mismo es no dejar pasar ese momento. Tal vez sufriremos, pero, ¿y si no?

Hoy he decidido seguir adelante. Hoy ese brillo me dice que vale la pena, Si mañana o el destino decide lo contrario, hare que valga la pena cada minuto que me quedé aquí.

Y cierro con lo que dice el final de una de mis películas favoritas, Cashback.

Once upon a time, I wanted to know what love was. Love is there if you want it to be. You just have to see that it's wrapped in beauty and hidden away in between the seconds of your life. If you don't stop for a minute, you might miss it. 

37 días...

Tal vez lo que marcaba mucho a Ramón, desde hace un par de años, era su pesimismo. Las cosas no habían salido como a él le hubieran gustado, pero, ¿quién tiene una vida perfecta?

Un día, se sorprendió por la situación que estaba pasando. ¿Será real esto que me está pasando? Su pesimismo nuevamente evitaba que sus sentimientos fluyeran. Se detenía a decir cosas, se detenía a demostrar lo mucho que le importaba esa persona que había llegado a su vida. En su mente se repetían escenas de una relación anterior y le hacían eco frases que no quería escuchar de nuevo.

¿Qué demonios estoy haciendo? Ramón se repetía, pero no podía negar lo que pasaba dentro de su mente y lo que crecía sin poder explicarlo.

Lo cierto es que, al destino no puedes burlar. Ramón cerró los ojos y en un instante, se dejó arrastrar por el cauce de emociones que tanto había reprimido. La persona que estaba del otro lado, lo desarmó. Ahora tienen algo, no saben definirlo, pero algo muy cierto es que existe algo que los está uniendo.

Dentro de 37 días, ellos estarán juntos, y es muy probable que sea el comienzo de un nuevo capítulo en el libro de la vida de cada uno de los dos.

Ella lo quiere, él no se queda atrás, y solo espera el momento de verla salir por esa puerta en el aeropuerto, verla a los ojos y decirle mientras la abraza: GRACIAS!